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14-03-2025 Vol 19

Nadia Erostarbe: “Los mejores surfistas son quienes más confianza tienen en sí mismos”

La joven vasca Nadia Erostarbe (Zarautz, País Vasco, 24 años), primera española en alcanzar la élite del surf, sigue marcando hitos. Tras obtener un diploma olímpico en París 2024, esta semana debutará en el prestigioso circuito mundial de surf, el Championship Tour (CT) de la World Surf League, considerado el equivalente al ATP en el tenis. Enfrentándose a la icónica ola de Banzai Pipeline, en Hawái, Nadia se suma a la lista de pioneros españoles en este deporte.

Con la misma pasión que mostró cuando, a los tres años, comenzó a surfear imitando a su hermana, Nadia se prepara para competir con las mejores del mundo. Aquí, comparte su experiencia, desafíos y objetivos:


El salto a la élite del surf

P. ¿Cómo supo que competiría entre las mejores surfistas del planeta?
R. Fue hace una semana. Me desperté y vi una llamada perdida y un mensaje del director del CT que decía: “Llámame cuando puedas”. Yo había pedido que me avisaran si alguien se lesionaba [como ocurrió con la francesa Johanne Defay]. Cuando me dijo: “Tienes que estar en Hawái para el día 22”, todo pasó muy rápido. Fueron días intensos, llenos de emociones. La primera persona a la que llamé fue a Aritz [Aranburu] para pedirle consejos sobre tablas y la ola.

P. ¿Qué significa competir en Pipeline?
R. Es algo único. Todas soñamos con estar entre las mejores del mundo y competir en un lugar tan emblemático. Pipeline es especial; coger una buena ola aquí es un privilegio. Las mujeres llevan compitiendo en esta ola solo cuatro años, pero el nivel es increíble. Eso me motiva aún más a darlo todo.

P. Ser la primera española en alcanzar la élite, ¿qué supone para usted?
R. Es algo muy especial. Sé que en el futuro habrá muchas más españolas compitiendo al máximo nivel, pero ser la primera tiene un significado único. Es un honor abrir este camino.


De Zarautz al mundo: los orígenes de una campeona

P. ¿Cómo comenzó su pasión por el surf?
R. Todo empezó en mi familia. Mis padres y mi hermana mayor también surfean, y estar en el agua era una forma de hacer deporte y pasar tiempo juntos. A los tres años ya estaba sobre una tabla, queriendo imitar a mi hermana. Más tarde descubrí que me gustaba competir y ganar, lo que me llevó a probar suerte en campeonatos locales.

P. Zarautz tiene una gran tradición surfera, ¿cómo influyó en usted?
R. Muchísimo. Es un pueblo con una conexión profunda con el océano y una larga lista de referentes: Ibon Amatriain, Aritz Aranburu, Indar Unanue… Crecí viendo cómo los mejores del mundo competían en Zarautz durante una parada del circuito mundial, y eso me inspiró a querer ser surfista profesional.


Los retos del camino hacia la cima

P. ¿Cuándo supo que podía dedicarse al surf profesional?
R. Con 15 años, quedé quinta en el Europeo sub-21 y pensé que podía llegar lejos. Pero al salir de Europa me di cuenta de que el nivel era muchísimo más alto. Hubo años en los que no pasaba ni una manga y gastaba todo mi dinero viajando. Fue muy duro. Me cuestioné si realmente era posible vivir de esto.

P. ¿Es viable vivir del surf?
R. Si estás en el circuito, sí. Ahora mismo puedo cubrir mis gastos y hacer lo que más amo: surfear y viajar con amigos. Sin embargo, no es un deporte en el que ser el mejor de tu país o de Europa garantice ingresos estables. Es una apuesta constante.


El surf como desafío físico y mental

P. ¿Qué tan importante es la fortaleza mental en el surf?
R. Es clave. Aunque el físico y la técnica son esenciales, el factor mental marca la diferencia. Los mejores surfistas son quienes más se creen capaces. No siempre gana el más talentoso, sino quien tiene mayor fuerza mental para enfrentarse a la incertidumbre de cada ola.

P. ¿Siente miedo al enfrentarse a olas tan peligrosas como Pipeline?
R. Sí, claro. Pipeline y Tehaupo’o, la ola olímpica en Tahití, imponen mucho respeto. Son olas donde ha habido accidentes fatales. Pero ver cómo otras mujeres han aprovechado la oportunidad de surfear en estos lugares me motiva a superar mis miedos. En el agua, durante la competición, te concentras y el miedo desaparece.

P. ¿Cómo se entrena para olas que no son habituales en España?
R. Hay que viajar. En España no tenemos olas de este tipo, así que nos movemos mucho por Francia o Canarias. También he viajado a lugares como Indonesia y Namibia para mejorar. En los Juegos Olímpicos, la clave fue pasar horas en Tahití, familiarizándome con esa ola tan especial.


Mirando al futuro

P. ¿Qué objetivos tiene este año?
R. Lo primero es demostrar que merezco estar en el circuito, haciendo un buen campeonato y cogiendo buenas olas. Luego, mi meta será clasificarme de forma permanente para el circuito mundial. Si no puedo competir en suficientes pruebas como reemplazo, lo intentaré en las series de clasificación a partir de junio.

P. ¿Qué significó para usted participar en unos Juegos Olímpicos?
R. Fue una experiencia increíble. Antes de llegar no entendía del todo la magnitud del evento. El surf tuvo mucha visibilidad y energía especial en París 2024. La quinta plaza fue un logro, aunque siempre queremos más.


Nadia Erostarbe demuestra que la determinación, la pasión y la conexión con el océano son los ingredientes esenciales para alcanzar la cima del surf mundial. Desde Zarautz hasta Hawái, su camino está marcado por olas, desafíos y un espíritu inquebrantable.