La escudería del piloto español ha cerrado la pretemporada con buenas sensaciones y parece encaminada a consolidarse en la zona media de la parrilla. Williams ha dado un giro significativo tanto en su equipo como en el desarrollo de su monoplaza, convirtiéndose en una de las sorpresas más destacadas de las pruebas que finalizaron este viernes en Baréin. Mientras tanto, Max Verstappen marcó el segundo mejor tiempo en la última jornada, superado únicamente por George Russell. Sin embargo, el buen desempeño del neerlandés no despeja las dudas que rodean a Red Bull.
Tras tres días de intensos ensayos, muchas incógnitas siguen abiertas de cara a la primera carrera de la temporada, que se celebrará en menos de tres semanas en Australia. Aun así, algunas certezas comienzan a tomar forma. McLaren se perfila como un equipo sólido, mientras que Williams ha dejado entrever un claro avance con su FW47. Ferrari y Mercedes podrían disputarse el puesto de segunda fuerza, incluso por delante de Red Bull. Por su parte, Aston Martin parece estancado, sin mostrar signos claros de mejora ni retroceso, una situación que afecta directamente a Fernando Alonso.
Sainz brilla en las pruebas de invierno
Por segundo año consecutivo, Carlos Sainz ha finalizado la pretemporada con el mejor tiempo, gracias a su vuelta más rápida del jueves. Aunque los entrenamientos de invierno no siempre reflejan con exactitud lo que ocurrirá en las carreras, hay tendencias que no pueden ignorarse, y la progresión de Williams es una de ellas.
Desde que Dorliton Capital adquirió la escudería en 2020, la reconstrucción de este histórico equipo –poseedor de siete títulos de pilotos y nueve de constructores– ha sido un proceso lento. Sin embargo, los resultados de estos test parecen marcar un punto de inflexión. El año pasado, Williams terminó en la penúltima posición del campeonato de constructores, solo por delante de Sauber. Pero en estas pruebas de pretemporada, el rendimiento de Sainz y su compañero Alex Albon ha sido notable, con el piloto tailandés terminando tercero el viernes, a solo una décima de Russell. Además, sus tiempos ya superan el que Albon logró para clasificar 13º en el Gran Premio de Baréin de 2024.
Bajo la dirección de James Vowles, ex mano derecha de Toto Wolff en Mercedes, Williams ha dejado atrás su imagen de equipo anclado en el pasado. La llegada de Sainz ha coincidido con nuevos patrocinadores, entre ellos el icónico Gulf, y un monoplaza que no solo presenta un cambio estético, sino también mejoras aerodinámicas, de motor y de caja de cambios, gracias a la colaboración con Mercedes. Con su incorporación, Williams suma la experiencia de un piloto que ha pasado por Toro Rosso, Renault, McLaren y Ferrari, acumulando conocimientos que podrían ser clave para el resurgir de la escudería británica.
Un reto con poco margen de adaptación
A pesar de las buenas sensaciones, Sainz reconoce que el tiempo de adaptación ha sido mínimo. “Es extraño tener que competir después de solo un día y medio de pruebas. La cantidad de tiempo que tenemos antes de la primera carrera es ridícula”, comentó el español este viernes, sentado junto a los cuatro novatos que debutarán en Melbourne. “Les deseo lo mejor y entiendo su frustración. No me quiero ni imaginar cómo debe ser para alguien que nunca ha corrido en Fórmula 1”, añadió Sainz, quien ha sido elegido como nuevo representante de los pilotos en la GPDA.
Aston Martin, en terreno incierto
Mientras el ambiente en Williams es de optimismo, la situación en Aston Martin parece ser la opuesta. No solo por los problemas de salud que han afectado a su equipo –con Lance Stroll sufriendo molestias estomacales y Alonso también enfermo–, sino por las señales que emite el nuevo AMR25.
Stroll apenas pudo completar 34 vueltas antes de cederle el monoplaza a Alonso, quien tampoco estaba en plenas condiciones. Más allá de los tiempos en pantalla –el bicampeón terminó 16º, a más de 2,5 segundos de Russell–, el coche ha mostrado un comportamiento inestable en las imágenes de sus cámaras de abordo. “No estoy preocupado”, declaró Alonso, aunque dentro del equipo hay quienes no comparten su tranquilidad.
La temporada está a punto de comenzar y, mientras Williams apunta hacia adelante con esperanza renovada, Aston Martin se enfrenta a un panorama lleno de incertidumbre.