Si te apasionan los viajes y la emoción de la carretera, recorrer Marruecos en moto es una experiencia que no puedes perderte. Este país, con sus paisajes de contrastes, ofrece desde una impresionante costa con ciudades como Tánger y Asilah hasta vastos desiertos como el de Merzouga. A lo largo del trayecto, descubrirás antiguas medinas, ciudades vibrantes, mezquitas majestuosas y pueblos bereberes, todo acompañado de una gastronomía llena de matices.
Viajar en moto por Marruecos te permitirá moverte con mayor libertad y sentir la adrenalina de recorrer el país de una forma única. Puedes llevar tu propia moto desde España o alquilar una en Tánger para empezar la travesía sobre dos ruedas.
¿Cuándo es el mejor momento para viajar?
El clima juega un papel crucial en este tipo de viajes. Septiembre es una de las mejores épocas para recorrer Marruecos en moto, ya que las temperaturas son más suaves tras el intenso calor del verano. La primavera también es una excelente opción, mientras que el invierno puede ser demasiado frío, especialmente en las zonas montañosas.
Entre las muchas rutas posibles, destacamos la organizada por EL PAÍS Viajes junto a la reconocida aventurera Alicia Sornosa en septiembre de 2025. Sornosa, periodista y la primera mujer en dar la vuelta al mundo en moto, será la guía en esta expedición de ocho días que llevará a un grupo de 14 viajeros por las montañas del Atlas, el desierto y las ciudades más emblemáticas de Marruecos. Más que un simple recorrido en moto, esta ruta es una inmersión en la cultura y tradiciones del país.
Las 8 paradas esenciales en la ruta en moto por Marruecos
1. Tánger, la puerta de África
El viaje comienza en Tarifa, desde donde se cruza el Estrecho de Gibraltar en ferry hasta Tánger. Esta ciudad, punto de encuentro entre Europa y África, es ideal para tomar contacto con la cultura marroquí. Lugares como el Gran Zoco, la Medina y la icónica Bab Al Bahr ofrecen una primera impresión vibrante de Marruecos.
2. Chefchaouen, el mágico pueblo azul
Desde Tánger, la ruta se adentra en el Rif hasta llegar a Chefchaouen, famosa por sus casas de color azul celeste. Su medina es un laberinto de callejuelas encantadoras, y su kasbah, rodeada de jardines, es un punto de visita obligada. Además, la ciudad es un excelente punto de partida para explorar los senderos de montaña de la región.
3. Fez, la perla imperial
Continuando hacia el sur, la siguiente parada es Fez, una de las ciudades más fascinantes de Marruecos. Su medina, la más grande del mundo y declarada Patrimonio de la Humanidad, es un lugar donde perderse entre mercados, mezquitas y antiguas madrazas. También se puede hacer una parada en las ruinas romanas de Volubilis antes de llegar a la ciudad.
4. Merzouga, la entrada al desierto
La ruta continúa hacia el sur, atravesando la cordillera del Atlas y pasando por Ifrane, la «Suiza marroquí». Más adelante, en el valle del Ziz, el paisaje cambia radicalmente hasta llegar a Merzouga, en el corazón del desierto del Sáhara. Aquí, las impresionantes dunas de Erg Chebbi ofrecen un espectáculo natural increíble, especialmente al amanecer y al atardecer.
5. Ouarzazate y las Gargantas del Todra
Dejando atrás el desierto, el camino sigue hacia Ouarzazate, la meca del cine marroquí. Antes de llegar, se atraviesan las Gargantas del Todra, un impresionante cañón de roca que es un paraíso para senderistas y escaladores. En Ouarzazate se encuentran los famosos estudios de cine donde se han rodado películas como Gladiator y La Momia.
6. Ait Ben Haddou, joya del cine y la historia
A pocos kilómetros de Ouarzazate se encuentra la espectacular kasbah de Ait Ben Haddou, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este antiguo poblado fortificado ha sido escenario de innumerables producciones cinematográficas y es uno de los lugares más impresionantes de Marruecos.
7. Marrakech, la ciudad roja
El viaje sigue hacia Marrakech, una de las ciudades más vibrantes del país. Aquí, la Plaza Jemaa el-Fna cobra vida al anochecer con músicos, cuentacuentos y puestos de comida. También es imprescindible visitar la Koutoubia, el Palacio Bahía y los Jardines Majorelle. Hospedarse en un riad es la mejor manera de experimentar la arquitectura y hospitalidad marroquí.
8. Asilah, arte y mar en la costa atlántica
Para finalizar la aventura, la ruta lleva a Asilah, un encantador pueblo costero con una fuerte influencia artística. Sus murallas, herencia de la época portuguesa, encierran un casco antiguo lleno de murales pintados por artistas locales e internacionales. Es el lugar perfecto para relajarse antes de regresar a Tánger y tomar el ferry de vuelta a España.
Conclusión: Un viaje lleno de emociones y descubrimientos
Recorrer Marruecos en moto es mucho más que un simple viaje: es una oportunidad para sumergirse en paisajes extraordinarios, conocer culturas milenarias y desafiar tus propios límites. Desde la costa hasta el desierto, cada kilómetro de esta ruta ofrece una nueva aventura y una historia por contar. ¿Estás listo para encender el motor y comenzar esta experiencia única?